sábado, 19 de noviembre de 2011

PLAGIO, DELITO CONTRA LA PROPIEDAD INTELECTUAL

PLAGIO, DELITO CONTRA LA PROPIEDAD INTELECTUAL

19. Septiembre 2006 | Por Editor | Categoria: Propiedad intelectual
Una de las prácticas mas habituales en Internet, es la copia de contenidos, entendiendo por contenidos los artículos, textos, imágenes, fotografías, diseño web, etc. que componen una página web.
Internet se ha convertido para muchos en el escenario ideal para capturar creaciones generadas por personas o entidades ajenas y explotarlas comercialmente sin autorización por parte de los autores o titulares de los derechos de dichas obras, aprovechándose del esfuerzo ajeno e infringiendo los derechos de Propiedad Intelectual de terceros.
Multitud de empresas ven como sus páginas webs son copiadas por la competencia con total impunidad, creyendo estas últimas que no van a ser descubiertas. Sin embargo, ya son muchas las entidades que disponen de medidas que les permiten detectar estos plagios en la red, bien porque han establecido sistemas de alarma o porque realizan búsquedas activas, y que se deciden a demandarles por plagio.
Es fundamental, para preservar su actividad en el mercado, establecer las medidas de protección necesarias que les permitan prestar sus servicios con total tranquilidad, evitando posibles litigios o en caso de no ser posible, disponer de los medios de prueba necesarios para acreditar su derecho.
Se han dado casos en los que las empresas que “plagian” otras páginas webs, afirman haber sido víctimas de un tercero al cual encargaron el desarrollo y diseño de su página web, habiendo procedido este a su copia sin su consentimiento ni conocimiento.
Si son demandados y esta circunstancia fuera cierta, podrían demandar a su vez a la empresa de diseño y solicitarles los daños y perjuicios en los que han podido incurrir por motivo del procedimiento judicial abierto contra ella, así como una indemnización.

POETAS CONTRA EL PLAGIO

Ellos,
los que sacan de paseo su más fiera mediocridad,
los que rugen desde sus gargantas enajenadas,
los genios de la nada que el improperio viste con los colores
que la ira reconoce en el instante.
Ellos,
que te besan con el fuego salvaje de sus infectas tintas,
tristes bestias que no alcanzan
a desgranar el fruto para sementar la tierra
ni a levantar el pan y cosechar el beso,
pero te hieren pues ese es su destino de sierpe.
Ellos,
que salen al paso del poeta
en las llanuras cubiertas de miel
y que hunden sus garras
en el néctar que la palabra liba,
mancillando su raíz virginal.
Ellos,
los todos poderosos señores de la miseria,
vienen rompiendo los sueños
que los enamorados posan en las esquinas.
Yo combato su incompetencia desbocada
con las armas que al poeta defienden,
con mis versos, hoy vestidos de guerra.